Además de sabroso, el pollo asado es un alimento sano y nutritivo, con menos grasa y colesterol que muchas otras carnes. El pollo es rico en vitamina A, tiamina y fósforo, contiene una alta cantidad de proteínas importantes para el crecimiento, el embarazo y la lactancia. La piel del pollo, al contener tiamina, riboflavina y niacina protege al sistema nervioso.

Disfrutar de un buen pollo asado en Cuenca es una de esas costumbres que no queremos perder. A todos se nos hace la boca agua recordando la última vez que con amigos o con familia disfrutamos de este manjar que, siendo sencillo, se convierte habitualmente en el plato preferido de mayores y pequeños.

Alguna cosa curiosa de este plato.

El pollo ya era conocido en la antigüedad como un animal protector de la familia. Por eso en culturas antiguas se solía ofrecer a los dioses del hogar como ofrenda, acto que más tarde se convertía en el banquete familiar. Los griegos ya lo conocían como un manjar no apto para todos, siendo un alimento restringido para las clases más altas. La forma más habitual de comerlo era en pincho, costumbre que se conserva hasta el día de hoy. Incluso museos griegos y romanos conservan los primeros hornos donde se asaban los pollos en la época clásica, los cuales se parecen a los nuestros.

En la Edad Media se puso de moda y de esa tendencia nacieron muchas de las recetas de pollo asado que comemos hoy. Era común la creencia entre las mujeres y hombres de las cortes y entre los propios monarcas pensar que comer pollo cambiaba el carácter y ponía más alegre.

Para seguir degustando este plato y formar parte de su larga historia, pasa por La Granja Victoria donde lo cocinamos de forma magistral para que llegue a tu mesa en perfectas condiciones. Puedes acompañarlo de cualquiera de nuestras raciones de patatas, pimientos, ensaladilla, campera,…. Tenemos para todos los gustos.